Citas que cambiaron la historia

"Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su felicidad."

(Jefferson, Thomas - preámbulo de la declaración de independencia de EEUU, 1776)

jueves, 31 de diciembre de 2009

UN MEJOR PUESTO EN LA HISTORIA


Para muchos la Guerra Civil norteamericana es un completo desconocido. A muchos os sonaran por las películas que Hollywood ha ambientado en aquella época o simplemente conoceréis el tema por la fantástica película de Victor Fleming, Lo que el viento se llevó. Para otros simplemente no es nada relevante o que levante curiosidad. Corren tiempos en los que si hay algo relacionado con “yankeelandia”, es despreciado sin más.

Sin embargo para algunos aficionados de la historia americana, en los que yo me incluyo, la guerra de secesión, como también es conocido el conflicto, es el punto de inflexión de las guerras modernas que azotarían el mundo en el turbulento siglo XX. Antes de pasar a estas innovaciones es necesario aclarar un poquito más lo que fue el conflicto.

Durante el periodo comprendido entre 1861 a 1865 EEUU vivió unos de sus momentos más críticos, donde vio amenazada su integridad como nación tras escindirse una gran parte del país concentrando en su totalidad en el sur. El conflicto enfrentó a los partidarios de una nación unida con un poder federal fuerte contra unos estados que querían mayor autonomía, exentos de una capital federal conservando su principal fuente de ingresos, la esclavitud. Muchos son los que piensan que el conflicto se reduce simplemente a los abolicionistas contra los esclavistas, es más, el presidente Lincoln consiguió convertir la guerra en un conflicto moral tras su proclama de emancipación en el año 62 haciendo ver a las potencias extranjeras que su lucha era por el bien de la humanidad. Pero la historia es bien distinta. El conflicto, al igual que todas las guerras no se puede reducir a una sola causa, en este caso la esclavitud, sino también hay que contar con otros factores como la política y sobre todo la economía. Todos los conflictos son ocasionados en su mayoría por conflictos económicos y la guerra de secesión no iba a ser menos. Los confederados, que así se hicieron llamar los separatistas tras la creación de los estados confederados de América, pretendían obtener todos los beneficios de la venta de algodón con Inglaterra sin las intromisiones del gobierno federal. En definitiva, hablamos de dos modelos de sociedad muy distintas, un norte muy industrializado con una sociedad muy dinámica y luego tenemos un sur muy tradicional con una sociedad parecida a la estamental de la vieja Europa. La esclavitud seria la gota que colmaría el vaso para el estallido de la guerra.

Durante la guerra, que se prolongo cuatro años, hubo cerca del millón de bajas. Una auténtica salvajada para la época. Las innovaciones en esta guerra serian la causa de tantas muertes.

Durante el conflicto dejaron de utilizarse las tradicionales filas al más puro napoleónico tras la invención de nuevos rifles y ametralladoras que diezmaban a una compañía en menos de un minuto. Por ello en el 64, durante la campaña de Petersburg, a las puertas de Richmond se estableció por primera vez la guerra de trincheras que las veríamos principalmente durante primera guerra mundial.

Otro avance de la guerra se vio en marzo del 62 en la bahía de Chesapeake, cuando en la batalla de Hampton Roads, se utilizaron por primera vez los barcos acorazados. Barcos de madera revestidos con planchas de acero que jubilarían a los tradicionales de vela. El conflicto entre el acorazado Merrimac y el US Monitor significó el pistoletazo de salida de la nueva guerra marítima.

Durante este conflicto también nació el concepto de guerra total que luego se trasladaría a una escala muchísimo mayor durante la segunda guerra mundial. El general unionista, William T. Sherman, durante su mítica marcha desde Atlanta hasta la ciudad costera de Savannah, aplicó este nuevo concepto. El fin era privar al enemigo de refugio y alimento destruyendo cultivos y ciudades, además de minar en mayor medida su moral. Era la primera vez por desgracia que la población civil iba a vivir en primera persona los estragos de la guerra.

El periodismo de guerra no nació con este conflicto, pero sí que aumentaron las crónicas de guerra en los diarios de la época. Hay que matizar que dichas crónicas o noticias eran demasiado subjetivas llena de adjetivos exagerando las gestas de sus soldados. El aumento de estas noticias se vio claramente favorecido por el desarrollo del telégrafo.

A la par de este aumento de las noticias de guerra, la fotografía empezó a integrarse en los periódicos, llevando por primera vez los horrores de la guerra a los hogares. Con la fotografía de guerra, el concepto de orgullo y honor por participar en una guerra que tenían las familias fue disminuyendo al ver las atrocidades a las que estaban expuestos sus hijos o parientes. El gran fotógrafo de la época fue Mathew Brady.

Estos son los avances a mí entender más importantes de la guerra civil americana, pero hay otros que merecen ser mencionados como los barcos hospital, el reconocimiento aéreo, el uso del ferrocarril en el desplazamiento de tropas, el submarino, cuerpos médicos organizados, etc.

Como podréis comprobar, la guerra civil americana supone el punto de partida de los nuevos conflictos del siglos xx mereciendo así un estudio más desarrollado, situando el conflicto en un puesto importante en los libros de historia. Espero que con esta diminuta entrada haya despertado el interés de algunos.

UN PASO MÁS EN LA HISTORIA DEL CINE


En la vida, son pocas las cosas que pueden marcarte profundamente. El otro día, en la sala de un cine, creo que estuve delante de una de esas experiencias. Avatar, la película más esperada de este año, con un presupuesto de nada menos que 400 millones de dólares, es una de esas películas que te deja con la sensación, a pesar de sus dos horas y cuarenta minutos de duración, que se hace corta por qué no te cansas de ver la maravilla visual que se nos despliega ante los ojos. Te pones tus gafas 3-D y a volar (en el sentido metafórico de la palabra) como Peter Pan en Nunca Jamás.

James Cameron, el director responsable de esta maravilla y otras joyas del cine como Titanic o Terminator 2, nos pone a nuestra disposición (pagando eso sí, nueve euros por la entrada) todo un mundo, Pandora, que está recreado hasta el más mínimo detalle. Para ello, el oscarizado director contó con los servicios de la empresa de efectos especiales del también oscarizado director del señor de los anillos, Peter Jackson y de un nuevo sistemas de cámaras de rodaje inventado por el propio Cameron. El resultado, espectacular. La integración de los elementos tridimensionales con los actores es impresionante. Los paisajes te abruman ante su majestuosidad y belleza. Además de estos elementos, Cameron ha creado una serie de razas animales que no te dejan de impresionar (atentos con la especie de dragoncillos giratorios en la noche o la especie de rinocerontes de la estampida), todo esto acompañado de la raza nativa, los Na ´vi, unos seres de tres metros de altura de color azul de estética mohicana que con el tiempo, serán igual de carismáticos que los Ewoks de la Guerra de las galaxias. Es tal el perfeccionismo de Cameron, que contó con los servicios de lingüistas para crear una nueva lengua para los Na ´vi, y resulta igual de fantástica que la élfica en el señor de los anillos. Cameron ha creado de la nada, un mundo completamente detallista, que acompañado de las pautas musicales de James Horner se convierte en algo maravilloso. Nunca más, vamos a estar tan cerca de un lugar como ese

Sin embargo, no todo es oro lo que reluce. Tras once años de espera, es innegable que James Cameron ha obsequiado a sus seguidores y a los amantes del cine en general, con una maravilla sin precedentes. Pero los que pedíamos un poquito más, el guion nos ha sonado a más de lo mismo. El argumento nos recuerda a Bailando con lobos, El último mohicano y Matrix con un desenlace demasiado previsible y con guiños ecologistas que en ocasiones rozan el empalagamiento. Es una lástima que una idea tan buena, a mi parecer magnifica, acabe con un guión demasiado trillado.

Pero a pesar de su poca innovación argumental, su historia es preciosa y cautivadora. Además, recuerda a un cine que por desgracia murió hace tiempo, y que de vez en cuando, no es malo desempolvar las grandes historias. A pesar de esto, insisto en que merece la pena, me equivoco, es obligado ir al cine a contemplar esta maravilla que no dejará indiferente a nadie. Y como dije antes, nunca más, vamos a estar tan cerca de un lugar como Pandora.

martes, 1 de diciembre de 2009

¿DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE?


Gracias a un gran amigo de la facultad - en cuanto lea estas humildes líneas sabrá que es él – conocí una de esas pasiones que están en el fondo más profundo y ominoso de tu alma. Solo faltaba que alguien arrojase un pequeño rayo de luz. Pues entre tanta oscuridad, me di cuenta que sentía gran predilección por la fotografía.La capacidad que tiene una cámara fotográfica para captar el momento crítico de la realidad me resulta fascinante. Te muestra las cosas más allá de las palabras de un periódico o los argumentos de voz grave de un gran locutor de radio.

Con la aparición de la fotografía en el siglo XIX, los conflictos bélicos eran literalmente llevados por primera vez a los hogares a través de los periódicos, y digo literalmente, porque en aquella época el conflicto solo se vivía en el campo de batalla. Esto cambió cuando el general Sherman, en la guerra civil americana, pusiera en práctica el concepto de guerra total o guerra moderna. Un modelo que consistía en la aniquilación de enemigo no solo en el campo de batalla, sino también arrasando sus suministros, campos de cultivo, ciudades, etc. dejando a la población a la desesperada.

Es aquí donde viene el gran dilema de la fotografía, mejor dicho del fotoperiodismo, porque desde luego considero que es otra forma más de hacer periodismo. ¿Debemos publicar las fotografías más duras de una guerra? ¿Solo las menos impactantes? ¿Hablamos de morbo o periodismo?

Hay diversidad de opiniones, desde luego, pero soy de los que piensan que la sociedad está anestesiada y que cada vez que contemplan algo desagradable se tapan los ojos diciendo: ¡por favor donde está la ética y la moralidad! Es tal la aversión que siento por este típico comentario, que cada vez más, pierdo la fé en el compromiso que tienen las personas por saber más sobre el mundo que nos rodea. Nos hemos acomodado tanto en nuestra burbuja de felicidad, que cualquier cosa que intente pinchar ésta, se convierte en algo amoral. Pues permítanme mi osadía. No hay cosas más amoral que taparse los ojos ante la realidad y mirar hacia otro lado, además de ser algo cobarde y falsario.

Desde mi humilde opinión, la fotografía nos hace conocer las maldades y también las cosas maravillosas que esconde un mundo, que por diversos motivos no está a nuestro alcance. Todo el mundo sabe diferenciar perfectamente entre el gore y el fotoperiodismo, pero estamos tan encantados con nuestro propio mundo de barrio sésamo, que cualquier cosa resulta ir más allá de los límites de la moralidad.

Moralidad puesta en duda cuando se permiten programas donde, y es solo la punta de un iceberg construido a base de mierda, un diablo de pelo amarillo tintado, con un gran poderío para la mala educación y el mal gusto, se vanagloria de ser periodista y utiliza a su hija como reclamo mediático. Sin embargo cuando vemos a la chica vietnamita desnuda a causa de la deflagración de las bombas en Vietnam o los niños del cuerno de áfrica con los vientres hinchados decimos…… joder, ya sabéis la dichosa frasecita.

Creo que la moralidad empieza por tomar conciencia de la realidad que nos rodea y ponernos en el lugar de otros. Pues la fotografía, usada solo con fines informativos, nos ayuda a conocer de qué pasta está hecho el mundo. ¡ABRID LOS OJOS POR FAVOR!
Por cierto, MUCHAS GRACIAS DON ANTONIO.